Godspell, el musical
Musical
Musical
Una coproducción de Antonio Banderas y Emilio Aragón. Dirección, dirección musical y versión Emilio Aragón.
Originariamente dirigido por Stephen Schwartz y John-Michael Tebelak, se estrenó en Broadway por primera vez en 1971, donde cosechó un enorme éxito. Aunque no es una obra religiosa, el libreto se basa en el relato, a través de sketches, de distintas escenas bíblicas con un relato vivaz y divertido que celebra la vida.
En palabras del propio Emilio Aragón: "Godspell va de amar", "de perseguir la justicia, de aceptar las reglas del juego sin rendirse ante lo que nos duele. Y, sobre todo, de recordar si es que lo hemos olvidado, que la vida es un camino que necesitamos recorrer de la mano del otro". Para Banderas, "energía" es la palabra que define una puesta en escena "inocente, en contraste con el mundo agresivo en el que vivimos".
Godspell fue el primer musical que Emilio Aragón vio en España. En él estaba su hermana Rita, que ha vivido el proceso de creación de esta actualización de una manera muy emotiva. En el caso de Banderas, él conoció la obra en los años 70 en el Teatro Cervantes de Málaga. No era más que un chaval, pero sintió aquella actuación como un espejo donde mirarse.
SINOPSIS
Un clásico del teatro musical de los años 70 nominado a los Tony y transportado a la actualidad.
La escena arranca en un lugar que bien pudiera ser un almacén de teatro, una desvencijada corrala de vecinos o una iglesia en ruinas.
En ella descubrimos a nuestros personajes. Se trata de un grupo de jóvenes aparentemente miembros de un vecindario convocados para tomar una decisión importante que afectará el futuro de sus vecinos y vecinas.
Esta primera escena termina con una figura compuesta por todo el elenco, como metáfora de la puerta que nos traslada a la ficción, donde iremos recorriendo de la mano de cada personaje la transformación que vivirá al tomar contacto profundo con las enseñanzas de un tal Jesús.
Juntos descubrirán la tolerancia y el respeto al diferente, la necesidad de construir y tejer redes de apoyo comunitario, la compasión por cualquier ser humano, la riqueza sostenible y compartida, la libertad de ser y elegir, la corresponsabilidad en la construcción de una buena vida para todos, el derecho a equivocarse y volver a empezar, a dolerse con el sufrimiento del otro, a vivir completos, a reír, amar, cantar, jugar, vivir... y hasta morir.
Poco antes de terminar retomaremos la figura del inicio, en esta ocasión para volver a cruzar la puerta y sentir que realidad y ficción son una.
Y al final, cuando todo acaba, cuando la oscuridad lo inunda todo, Godspell puede ser la esperanza de que todo vuelve a empezar.