Las lluvias torrenciales dañaron salas, almacenes e infraestructuras y obligaron también a una cancelación masiva de funciones que, indudablemente, ha tenido un enorme impacto económico negativo en salas, compañías y profesionales.
Después de la tragedia, éstos piden, más que nunca, un nuevo modelo capaz de fortalecer el tejido creativo y productivo, no sólo para reparar lo que la lluvia se ha llevado, sino también para seguir construyendo un sector resiliente e innovador. Esta situación, aunque traumática, debería convertirse en una oportunidad para poner en marcha aquellas reformas que todavía quedaban pendientes.
La necesidad de un Circuito fuerte
Uno de los pilares para el desarrollo de las artes escénicas es la creación de un Circuito Cultural Valenciano (CCV) estable, cohesionador y potente que permita la circulación de espectáculos en todo el territorio valenciano. Es necesario abordar el desarrollo de las medidas necesarias para coordinar y potenciar las giras de las compañías valencianas en el Circuit, en beneficio del sector y del espectador.
Un Circuito que permita dar salida a la ingente producción valenciana y que garantice también la participación del sector escénico y otros campos de la cultura en su diseño y supervisión junto a la administración. Un Circuito bien articulado, con una programación planificada que favorezca al mismo tiempo la conexión entre profesionales, compañías y espectadores, ofreciendo una oferta plural y de calidad para impulsar la fidelización del público y la sostenibilidad de las salas y proyectos.
El papel de la administración: el sector demanda una apuesta firme y comprometida
Resulta esencial que las instituciones públicas respondan al llamamiento del sector y se impliquen en la reconstrucción de las infraestructuras, la promoción de proyectos y la formación de nuevos talentos. Ayudas directas acompañadas de políticas culturales de largo alcance son un punto de partida irrenunciable para garantizar la viabilidad de las compañías, el mantenimiento de las salas y la dignificación de las condiciones laborales de los profesionales de las artes escénicas. La colaboración con la profesión, escuchando sus necesidades reales, es el camino para conseguir que las medidas sean efectivas.
Renacer de las cenizas (o del barro)
La DANA sacudió un ecosistema artístico ya muy tocado de por sí, que, sin embargo, mantiene su capacidad de resistencia e innovación. Reconstruir pero también repensar es la meta de un sector que reivindica su relevancia social y cultural. Contar con un circuito fuerte, una oferta seductora y el soporte inequívoco de la administración es imprescindible para situar las artes escénicas valencianas en la posición que merecen. Éste puede ser el momento de aprovechar el empuje y la voluntad de reforma para dar un salto adelante y reforzar, de una vez por todas, el papel central de la cultura en la sociedad valenciana. Ahora, todos, profesionales, empresas y sobre todo administración, tenemos que ponernos inmediatamente a trabajar porque no hay tiempo que perder.