La directora Patricia Pardo ha dicho: "lo hemos hecho a través del 'clown', de las acrobacias terrestres y aéreas (trapecio, aro aéreo y cuerda lisa), de los equilibrios (bastones acrobáticos y equilibrios acrobáticos), de los malabares ('hula-hoops' y antipodismo), de la danza, de una batería 'rock star' y de cinco monólogos casi románticos. Catapultadas por una música que es MDMA y que obliga al baile, cómplice de las sonrisas, de los deseos de grandeza y del coqueteo con la melancolía que proponemos."
El ambiente musical de 'Perenne' es la constatación de que el grupo Luna y Panorama de los Insectos componen con pasión y con pasión los escuchamos, inevitablemente.
Y todo eso de la mano de artistas de veinte, treinta, cuarenta, cincuenta y setenta años. A pesar de este abanico de edades, no sé si sería justo decir que en 'Perenne' conviven artistas de varias generaciones, porque la edad no es lo que que los define. Hemos tenido la suerte, no solo yo, sino también Olga Osuna (ayudante de dirección y de dramaturgia), de trabajar con artistas alegres, constantes, pacientes, flexibles y humildes, y eso sí que los define a todos: la bondad.
El espectáculo habla de la vejez del horizonte que nos persigue. Artistas jóvenes mezclados con otros de avanzada edad construyen una metáfora que confronta la vejez con la sensación perenne de existencia que albergamos.
La dramaturgia, los textos y la dirección de 'Perenne' son de Patricia Pardo y los intérpretes son Maria Josefa Borrego, Raquel Carpio, Carmen Díaz, Miguel Àngel Fernández, Lorena Marciana, Anaïs Más-Masiá, Hèctor Rodríguez y Mónika Vázquez; la música es de Luna y Panorama de los Insectos; la escenografía de Los Reyes del Mambo, y la iluminación de Diego Sánchez.