La carta de presentación de El Método Grönholm habla por sí sola: representada ya en más de 60 países, la han visto más de dos millones de personas. Y le valió el Premio MAX al Mejor Texto Teatral.
Los aspirantes se enfrentarán conjuntamente a una serie de 'juegos' crueles, basados en técnicas reales de selección de personal. Las absurdas pruebas propuestas por los psicólogos de la empresa se convierten en un combate donde la fiereza y la falta de escrúpulos parecen no tener límites. Sin embargo, la primera vuelta de tuerca de las muchas que contiene la obra, es cuando se sabe que uno de los cuatro es en realidad un empleado de la compañía, al cual tendrán que descubrir.
Pero esto es solo el principio, el detonante de la comedia, en la cual los juegos y las trampas continuarán, obligando a cada uno de los personajes a confesar hechos íntimos de sus vidas, y los otros tendrán que averiguar si aquellos son verdad, o sólo una estrategia para conseguir el objetivo principal: hacerse con el cargo al que aspiran.
La obra ilumina, con crudo humor, una época en la cual el paro y Ia precariedad laboral son una auténtica maldición. En el afán de conseguir un empleo, cualquier rasgo de humanidad ha sido abolido, y los aspirantes se ven reducidos a la condición de meras marionetas. ¿Hasta dónde estarán dispuestos a llegar para obtener el puesto de trabajo que siempre habían soñado?