Ya no hay duda de que este Circuit Cultural Valencià es una versión corregida y aumentada del Circuit Teatral Valencià de los años 90. Ha crecido tanto en número de ciudades como -sobre todo- en modalidades, pues el actual Circuit también atiende las programaciones regulares y profesionales de música (de todas las músicas) y del audiovisual valenciano (para promover entre la ciudadanía el conocimiento de lo que actualmente están haciendo los directores, guionistas, intérpretes,..., con proyecciones como La inocencia, El desentierro, Me esperarás, Vivir dos veces, Asamblea, Dementia, Buñuel y el laberinto de las tortugas, Experimento Stuka, Josep Renau: el arte en peligro, ...) En este sentido , el CCV es a la vez altavoz y trampolín de un sector como el de la cultura, que es también industria.
El crecimiento del Circuito ayuda a la vertebración territorial, con una descentralización de la oferta cultural. Democratiza el acceso a la cultura poniéndola al alcance de los vecinos de todo el territorio valenciano.
Al mismo tiempo, supone un indudable apoyo de la actividad empresarial del sector cultural valenciano y, por tanto, ayuda a conformar una oferta de producciones valencianas de calidad. La adhesión de nuevos pueblos ha ido tejiendo una red que ayuda a dinamizar el sector proporcionando a artistas y compañías un buen número de actuaciones y representaciones a lo largo del año.
Valencianas, y en valenciano, ya que los convenios que se firman entre el Instituto Valenciano de Cultura y los ayuntamientos que se adhieren favorecen también el uso de la lengua propia.
Estos convenios, en sus diferentes modalidades, garantizan a los municipios unos mínimos de programación anuales. Siempre de compañías, grupos y artistas profesionales y, mayoritariamente, valencianos.
Y parece que la acogida está siendo más que favorable. Desde que se impulsó en una asamblea entre ayuntamientos y el IVC en mayo del año 2016, la familia de este Circuito Cultural Valenciano no ha parado de hacerse mayor. Cerró en 2019 con 81 pueblos adheridos (además de la Universidad de Alicante y la Jaume I de Castellón), a los que van sumándose ya de nuevos desde el comienzo del año actual.