"Âtman significa 'alma' en sánscrito, esta alma recorre las entrañas del dolor, de la tristeza, de la muerte y también de la vida; 'Despedida' es 'el acto de despedirse' pero también tiene una segunda acepción, 'permiso para irse'". Así presentó la fundadora y directora de la compañía, Rosángeles Valls, este espectáculo antes de presentarlo el 17 de enero en el Palau de les Arts de València.
Precisamente el Palau de les Arts y Ananda Dansa coproducen Âtman, la despedida, en colaboración con el Institut Valencià de Cultura y el Gran Teatro Antonio Ferrandis de Paterna. Es el último acto artístico de la compañía Ananda Dansa, fundada por la propia Rosángeles Valls y su hermano, Edison Valls, y que puso en escena su primer espectáculo, Danza, los años 1981 y 1982. Desde entonces y hasta la aclamada y galardonada Pinoxxio o esta obra de despedida, han pasado 38 años y 25 espectáculos.
Casi cuatro décadas, asimismo, de compromiso con la sociedad, pues Ananda Dansa ha sido también, recuerda su directora, "una compañía comprometida y progresista".