Precisamente, fue éste quien propuso a Aparisi crear esta pieza. El proyecto fue asentándose en su cabeza al ver cómo el bailarín y coreógrafo daba vida a uno de los personajes de la proto ópera El Cortesano, interpretada por el grupo valenciano.
Durante dos años, fue madurando la idea de llevar a cabo un montaje donde el teatro, la danza y la música renacentista se pusieran al servicio de uno de los mitos más curiosos. A menudo aquejados de alguna deformidad, los bufones estaban rodeados de poder, supersticiones, humor y crueldad. No faltaban en las cortes de toda Europa durante la Edad Media y Renacimiento, donde gozaban de libertad de movimientos, siendo objeto de burlas, simpatía y confianzas.
Además de cómicos, podían ser confidentes de los monarcas. Sabían muchísimo más de lo que contaban y a veces usaban el humor para trasgredir los límites en una sociedad enormemente clasista, donde el linaje marcaba de por vida. Llenos de luces y sombras, objeto de mofa y curiosidad, estos personajes aprovechaban su singularidad para ganarse la protección de los poderosos y adentrarse en ambientes donde el acceso estaba muy restringido.
El bufó de la reina toma como referencia a una persona real, el Canonge Ester, de quien dio cuenta en el siglo XV el escritor Luis Milà en su obra El Cortesano. Ahora, el dramaturgo Vicent Josep Escartí ha partido de sus andanzas al servicio de la reina Germana de Foix y del Duc de Calabria para entremezclarlas con otros personajes históricos coetáneos, para los que no llegó a trabajar realmente, pero que muestran el ambiente de la época y los temas que se desea tratar en el espectáculo. Son el Papa Alejandro VI, el monarca Carlos VI y el escritor Jaume Roig.