¿Qué se pretende con '8 Reinas'?
Repasar el papel de la mujer en la historia de la humanidad. Concretamente su papel en la política y gobierno de los estados. Bucear en sus condicionantes, sus posibilidades y las realidades de las épocas en las que vivieron. Así, ocho reinas (siete reinas y una emperatriz) nos relatan sus vidas en un momento crítico de sí mismas. Son reinas que reinaron, no reinas consorte y meras esposas de reyes. Ellas tuvieron la responsabilidad de gobernar sus países en distintos momentos de la historia.
María Estuardo, reina de Escocia; Catalina II la Grande, emperatriz de Rusia; Isabel la Católica, reina de Castilla y Aragón; María Tudor, reina de Inglaterra; Cristina I de Suecia; Isabel II de Borbon, reina de España; Juana I de Castilla, 'la loca'; y Elisabeth I de Inglaterra. ¿Por qué esas 8?
Por su peculiar historia. Son mujeres que se enfrentaron al poder masculino. Que vivieron en muchos casos sometidas, a pesar de ser ellas quienes gobernaban. Pero a la vez mujeres de su época y mujeres con todos sus atributos. Se enamoraron, fueron traicionadas, espiadas y muchas vueltas despreciadas.
'8 Reinas' es '7 Reinas +1? Dicho de otro modo: Si ya vi '7 Reinas', ¿por qué tengo que ver '8 Reinas'?
‘8 Reinas’ no es tan sólo una reina más que ‘7 Reinas’. Porque no se trata sólo de monólogos de 8 actores. Cada reina aporta una escena más de interacción con los demás, además de una nueva canción que también añade propuesta en escena, y, en definitiva, todo el espectáculo se ve enriquecido con la presencia de un actor más que cambia la acción de los demás. Es un espectáculo más completo. Y creo que puedes ver de nuevo el espectáculo y descubrir nuevos aspectos que no habías visto antes. Sin contar con que hay nuevas incorporaciones al elenco y que la música en directo que nos regalan David Campillos y Rebeca Ibañez es todo un lujo.
Se incorpora el personaje de Maria Tudor. ¿Por qué? ¿Qué aporta?
María Tudor es una reina que aporta un aspecto fundamental de las mujeres: la maternidad deseada y en ocasiones obligada por la sociedad; y en este caso, el poder y la estabilidad de una reina en su trono. Es un aspecto que faltaba en el planteamiento de la feminidad en el poder. Una reina estéril tenía los días contados porque el heredero era la primera obligación de ellas. Nos muestra la desesperación de María. Su lucha por ser reina antes que mujer es muy importante.
Han pasado ya más de 10 años desde '7 Reinas'. ¿Sigue siendo igual de necesario reconocer el papel de la mujer en la historia y reivindicar en la vida una igualdad real? ¿No hemos avanzado nada?
Sin duda que es necesario. Sólo tenemos que ver cómo han celebrado los políticos progresistas europeos la incorporación de una presidenta de gobierno hace unos días en un país nórdico... Es una noticia y se toma como un inaudito avance. Las cosas han cambiado muy poco en 500 años cuando hablamos del papel de la mujer en la sociedad. El poder sigue siendo un privilegio y un derecho de los hombres. Y tiene lo mismo si hablamos del poder político, del empresarial o incluso, dentro de una familia (todavía en nuestros días, en muchas familias).
La mujer nunca está en condición de igualdad frente al hombre. Se cuestiona todo. Desde su ropa, sus palabras o su capacidad, por sólo ser una mujer. Es como si tuvieran el poder sólo como préstamo. No hemos cambiado, y esa lucha sigue. ‘8 Reinas’ es un ejemplo de lo que sufrieron estas mujeres para ejercer y conservar el poder. Queremos evidenciar su derecho a gobernar como cualquier gobernante y el maltrato que la historia ha tenido con ellas.
¿Por qué son hombres quienes interpretan a estas reinas?
No es un capricho. Creo que para hacer justicia a estas mujeres, era más interesante hacerlo desde la masculinidad, para comprenderlas mejor, para ponerse en su piel literalmente y entender como hombres cuál fue su situación y lo difícil que fue para ellas sobrevivir en un mundo organizado y creado para los hombres.
A pesar de ser todas mujeres poderosas, no lo tuvieron nada fácil…
Algunas repitieron el rol masculino, cayendo en los mismos errores. Otras lucharon por imponer su propio prisma femenino y algunas desistieron ante la imposibilidad de ejercer su cargo con libertad y sin la tutela de un hombre.
Son ocho mujeres con sus virtudes y defectos. No se trata de santificar a nadie, sino de reflexionar sobre la evolución de la mujer en la historia. De cómo se trató de apartarlas de los asuntos de estado y de cómo fue su paso por la política, a pesar de la férrea oposición masculina. Todo esto, en un ejercicio de feminismo llevado a la práctica por 8 actores, que también se han enseñado la dificultad de ser mujer en cualquier época.